Infected City: enero 2008



... se va Santiago a mil y me quedan sabores extraños, prematuros, un tanto amargos, pero con una pizca de dulzura al recordar las obras que vi y las que se quedaron resagadas en mi calendario personal esperando algún día poder tener una nueva oportunidad para formar parte de ellas.

Y no voy a hablar desde la ignorancia absoluta porque aunque no pude ver BR#04 Bruxelles, El Libro de Job ni Tetris (estoy embarcada de jueves a domingo en mi propio festival), me alegra poder saber que el teatro se está convirtiendo en una experiencia mágica, diferente a lo que estamos acostumbrados ya sea por lo visual, por el espacio o por la nueva comunión que se da entre creación, creador y visitante.

Quizás es también por que yo misma estoy sumergida en ese lenguaje nuevo que se está dando ahora en Chile... bueno, no tan nuevo pero sí poco explotado. Como actriz me produce un regocijo enorme ver las reacciones de un público que se ve, de improviso, parado en medio de un "escenario virtual"y unas ganas inmensas de poder formar parte de él, de la masa espectadora que vive y se desvive, que odia y ama, que siente el aliento del actor a su lado... ya no desde el escenario lejano sino que aquí, junto a la oreja... porque el teatro se está convirtiendo en un mago, en un creador de ambientes envolventes... ya no en un hacedor de espectáculos y vidas ajenas.

Hay tantas historias que contar, que crear, tantas temperaturas, tantos olores, tantas vivencias... y el año recién comienza.

Reatrto de un Espacio en Sombras

fototeatro.cl

La temporada ha resultado increíble. Algunos han amado la obra y otros la han odiado... pero a nadie le ha resultado indeferente. Es tan mágico ser parte de un espectáculo así... porque lo que ustedes ven en la foto de arriba no son los actores, sino que es el público. Un público que se ve envuelto de olores, temperaturas, sonidos, estímulos y que pasa a formar parte de esta historia como un testigo o, incluso, como un voyerista.

Elio, es un fotógrafo que contactamos para que tomara estas fotos, y ha subido un portafolio precioso a su página Fototeatro ... así que los invito a que pasen por ahí, para que vean que el teatro no son solo gentes sentadas frente a un actor que les habla desde un escenario distante... sino que también puede ser una comunión permanante entre el espacio, la creación y el visitante.

Julio ya no quiere salir

Este es Julio. Julio vive en el centro de la ciudad. Antes, solía ir a dar vueltas por el vecindario y pasar las tardes saltando de techo en techo... pero ahora Julio ya no quiere salir. Prefiere quedarse en casa. Tiene miedo de pisar el cemento porque se imagina que es una costra inmensa que hace sufrir a la Tierra.

Sobre el Suicidio

La Muerte de Marat de David

Aunque Jean Paul Marat no se suicidó, su muerte sirvió de inspiración al cuadro que les voy a describir:

Vemos a una mujer entrar a un baño oscuro, iluminado sólo por un montón de velas rojas dispuestas por todo el espacio. La tina está llena y ella lleva en su mano un traje de hombre que cuelga de un gancho.

Lo deja en una percha, abre el botiquín y saca de él una botella de champaña y una copa de cristal.

Se sirve.

Le digo que me pague. Le digo que si quiere acostarse conmigo que me pague.

Se viste con el traje. Toma champaña. La bebe como si fuera agua. Increpa a Dios. Carecer por completo de talento no es nada extraordinario, pero no me gusta que me lo reproches. Le grita. Lo erotiza. Lo invade. Lo provoca. Entra a la tina. El agua está fría. Ella está perfectamente vestida. Mira sus muñecas. El agua está helada. Se sumerge. Y nunca más vuelve a aparecer. Si yo fuera pez buscaría los abismos, sólo por alejarme...

Es el reproche absoluto a Dios. Es tanta la confusión y el odio, que cada uno de sus actos están pensados para reprochar la creación y cada una de las creencias preestablecidas: desde vender su sexo, negarse como mujer al vestir de hombre y provocar su muerte en el momento en que no debía hacerlo.

Una persona que no admite los propios errores, la propia historia, que no tiene la fortaleza para aceptar la derrota y la frustración, vuelve su vida a lo que siempre creyó errado y muere en un baño que se cae a pedazos, dentro de una tina de agua fría, con las muñecas rasgadas y el aire teñido de alcohol. Es el anti glamour absoluto. Ni siquiera el suicidio logró convertirlo en un momento memorable.

Morir, señor Juez, no es nada extraordinario...








mientras la muñeca duerme el anciano la observa...

Recuerdos de la Infancia

¿No les ha sucedido alguna vez que un simple olor los lleva inmediatamente a un momento antiguo de sus vidas?

A mi me pasa con la colonia simons rosada. Cada vez que la huelo vuelvo al jardín infantil y veo casi perfectamente la sala, el baño, el patio... Es increíble como la memoria también posee links que se activan con ciertos impulsos.

Otra forma de linkear el pasado es a través de las fotografías. Esas de papel, medio amarillas, en que salen todos con look de los '80 (por lo menos en mi caso): zapatillas blancas, polerones largos o vestiditos con delantales blancos y calcetines con vuelos.

Yo tuve una infancia feliz. Viví en medio de la creatividad y la imaginación casi absolutas. Recuerdo que me creía la Chilindrina, así que andaba con un chaleco verde dado vuelta, unos marcos de lentes negros, chapes y pecas negras dibujadas en los cachetes. Supongo que mi mamá renegaba un poco de mi look a la hora de salir conmigo a la calle vestida de esa manera.

también recuerdo series de televisión: Cobra, Candy Candy, los Barbapapás, Ángel, Pipiripao, Capitán Futuro, He-Man, la Abeja Maya, los Pitufos, los Cariñositos y los Pupples. O libros como Pin Pin Serafín.

También existen los recuerdos distorcionados debido, por ejemplo, por el tamaño que teníamos cuando éramos chicos. Cuando vivía en Iquique e íbamos a la Zofri, me acuerdo que siempre pasábamos por el galpón de Michelin en donde estaba el típico mono de neumáticos blancos que me causaba un pánico terrible porque medía muchos metros y se movía de manera aterradora. Quinces años después pasé por ese mismo lugar y vi al mismo mono: estaba medio gris y me di cuenta que en realidad era muy bajito, un metro y medio a lo más... y yo lo recordaba tan grande...



Ahora, a los 27 años, vuelvo a rememorar esa época de infancia. Soy actriz, sigo soñando e imaginando (en menor medida que hace 20 años) pero el teatro me devuélve un poco la juventud que a veces se olvida: trabajo en la obra "Retrato de un Espacio en Sombras" que viaja desde la niñez a las obligaciones de adultos de un montón de personajes marcados por su infancia. Igual que yo. Igual que cualquiera.



Los invito a hacer el viaje: con una historia que te hace viajar en la memoria, en el pasado, en el presente y en el futuro, en una casa antigua y abandonada como la que muchos guardamos en el recuerdo.




Toda la información de la obra está en este link: Retrato de un Espacio en Sombras.

Los dejó desde ya invitados...

Año Nuevo en la Alameda

Ya van 4 días del 2008 que se me han hecho bastante largos no sé porqué. Quizás por el imsomnio crítico que he tenido durante estos días y el consecuente dolor de cabeza, o por la falta de costumbre de no hacer nada o por el hambre inmesa de actividad que siempre tengo. Quién sabe...
Pero me gustaría compartir con ustedes mi año nuevo.
Yo vengo de Viña y durante los últimos años allá viví en Rañaca que, digámoslo, es un lugar, en un 90%, para la clase media y media alta, por lo que los años nuevos en la playa se caracterizaban por gentes como mis papás, bien vestiditos con el chalequito polo, esperando los fuegos en un lugar apartado y seguro para lo que ellos representan.
Luego me vine a Santiago y la playa se cambio por la esquina de Padre Hurtado con las Condes: el mismo escenario.
Luego me hice actriz de teatro (cosa loca para mi familia) y cambié las casitas de allá arriba por la maravilla de vivir acá en el centro.
Es mi segundo año nuevo en la Alameda y definitivamente el mejor de todos. Estaba en la esquina de Estado rodeada de tamborileros que se lucían con coreografías grupales alegrando la espera de las 12 (es primera vez que los escucho tocar en el momento justo), carritos vendiendo churros y más de mil personas tirando challas, bailando en las calles, bañando al resto con champaña. Las familias ponían sofás tapizados de cartones improvisando un living en medio de la calle, los carabineros recibían abrazos de todo el mundo y las mujeres les daban tutos de pollos a sus hijas como las madres de allá arriba les niegan a los suyas tanta comida para que no engorden.
La Alameda estaba más viva que nunca y mi pololo me contó que así se veía el día que ganó el no. Él es más viejo. Se acuerda de todo eso porque estuvo allí. Yo sólo tenía nueve años y vivía en provincia así que es como si nunca hubiera pasado. Me decía que la gente bailaba y celebraba y que depronto se apagaron las luces, todo quedó oscuro, llegaron los milicos con helicópteros y gases lacrimógenos, que su hermana sufrió un colapso nervioso, que un flaite le puso limón en la nariz para que reaccionara y que todo la alegría se esfumó y se convirtió en pena y pánico.

Dieciocho años más tarde, estabamos parados en el mismo lugar sin miedo a ninguna represión, celebrando la vida y me di cuenta del verdadero motivo de felicidad de toda esa gente:

"Mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor"
(audio)